Nosotras, teólogas y estudiosas de la Biblia, biblistas populares, profesoras de teología y activistas cristianas por los Derechos Humanos, nos manifestamos contrarias al candidato Jair Bolsonaro. En primer lugar, por el hecho de esparcir el odio, la violencia y el miedo, lo que creemos contradice las enseñanzas de Jesús, que fue un hombre pacificador.
En segundo lugar, el proyecto político, las palabras y la postura del referido candidato, han atacado punto por punto, nuestras existencias y derechos de las mujeres, lo que nos entristece, y mucho. Recordamos a cada cristiana y cristiano, católico o evangélico, que las Iglesias son mantenidas en su gran mayoría por el trabajo voluntario de mujeres y que todas las obreras, ministras y diaconisas serán las más impactadas por las leyes que puedan atentar contra las vidas de las mujeres.
El referido candidato, también, ha herido la constitución – que cumplió 30 años el 5 de octubre pasado, cuando dice que Brasil debe ser un Estado Cristiano. Como estudiosas de la Biblia, creemos que debemos separar el Estado de nuestra religión, así como Jesús nos orientó en Mateo 22. Creemos que un candidato que se apoya en la fe para ganar votos no es el mejor representante para nuestra democracia. Creemos que ser pacíficas, como Jesús lo fue, es denunciar el error y la injusticia, pero sin predicar el odio, la violencia y el rencor. Creemos que un cristiano actúa por principios cristianos y nunca en el nombre de Dios, por cierto, un Dios que ha sido descrito como un Dios vengativo. Recordamos a las comunidades cristianas, que de los atributos de Dios: Verdad, Justicia, Poder y Amor, sólo el amor nos es dado por mandamiento. Por tanto, convocamos a cada persona que confiesa a Jesús, a tomar en consideración a la persona de Jesús y ver si Jair Bolsonaro refleja su personalidad.
Finalmente, juntas, oramos la oración de San Francisco, para que todo cristiano pueda, en este clima de polaridad, llevar la paz, e amor y escoger el lado de los pobres, ¡siempre!
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz.
Donde haya odio, lleve yo amor;
donde haya ofensa, lleve yo perdón;
donde haya discordia, lleve yo unidad;
donde haya duda, lleve yo fe;
donde haya error, lleve yo verdad;
donde haya desaliento, lleve yo esperanza;
donde haya tristeza, lleve yo alegría;
donde haya sombras, lleve yo luz.
¡Oh, Maestro!
Haz que no busque ser consolado sino consolar;
que no busque ser comprendido sino comprender;
que no busque ser amado sino amar;
porque dando es como recibimos;
y perdonando es como recibimos perdón;
y muriendo, ¡es como nacemos a la vida eterna!
Firman este manifiesto:
https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSeziuq0knaxIbB_pRK-InyMq1wXsgHVEpXk_eWdF7seuDvuiA/viewform
Traducción por: Sara Baltodano
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